Los depresores son una solución fundamental que permiten que el forraje caiga de la corriente de aire del trómel y se deposite sobre el transportador correspondiente.
Su trabajo se centra en la rama y las partes más grandes, siendo incapaz de retener el polvo. No obstante, su gran ventaja es que es un elemento que sufre un desgaste muy pequeño, y por tanto su durabilidad es enorme. Nuestros estudios recientes sobre las líneas de flujo en estos elementos nos han permitido desarrollar formas que aseguran una gran eficiencia de los mismos.
Por su parte, los ciclones permiten retener partículas más pequeñas que los depresores al generar un movimiento centrífugo en el aire. Evidentemente sus desgastes son mayores que en el depresor por su propio funcionamiento. Según sea su implantación dentro de la línea, los ciclones pueden asociarse en baterías de multiciclones, que obtienen mejores rendimientos.
Finalmente, los filtros de mangas desarrollados por Metaga son la solución definitiva para atrapar las partículas más pequeñas suspendidas en las líneas de aire. Su colocación dentro de las líneas de deshidratación es en la parte de molinería, donde se generan todas estas partículas. Estos grandes filtros disponen de mecanismos automáticos de auto-limpieza.
